La atención es la verdadera meta


Mme. JEANNE de SALZMANN


Otra vez estamos muy alejados de lo esencial. Aun si regresamos, si volvemos a comenzar, así es como se repetirá, como tendrá que ser dentro de nosotros. Constantemente tendremos que pensar acerca del significado de nuestro trabajo, del significado de nuestra presencia y en que dirección nuestro trabajo va. Eso nunca debe olvidarse; y eso es lo que olvidamos todo el tiempo. Perdemos el significado, y debemos regresar y regresar. No debemos pretender y tomar por garantizado que comprendemos el significado y que ya sabemos cuál es. No es cierto. Hemos olvidado una y otra vez.
Cada vez que nos reunimos hemos perdido el significado y debemos renovarlo una y otra vez para cada uno de nosotros. Es un momento de cuestionamiento agudo, y si no comprendo por mí mismo qué estoy haciendo, qué está en juego, qué está en cuestión, si no lo comprendo, cada vez aparecerá algo diferente que no puedo evaluar, pero que irá en dirección opuesta al trabajo.
Debo darme cuenta de eso. Es una ley contra la que no puedo ir. Por lo tanto cada uno debe enfrentarlo por sí mismo de una manera nueva. Esto es realmente algo esencial. Mi esfuerzo debe estar claramente orientado; lo que estoy buscando debe ser más claro. Y tengo que aceptar que es una dirección compartida. Si comprendo menos que los otros y si algunos vislumbran más que otros, no importa. La dirección en la que vamos está siendo reconocida.
Deseo conocerme a mí mismo plenamente, como una totalidad. Por lo tanto trato de mirar en mí mismo y trato de estar vigilante. La atención es la verdadera meta. Si ustedes se reúnen sin vigilancia dentro de sí mismos, pueden estar seguros que es inútil estar juntos. Van a ser tomados por una y otra cosa. Es necesario que yo sepa qué es lo que estoy buscando dentro de mí mismo. En cierto modo vigilante, con un intenso esfuerzo, por que todo depende de eso. Voy a fallar. Voy a perderlo. Voy a ver que lo pierdo y ello me recordará por qué debo hacer una y otra vez este esfuerzo. Sé que no soy solamente este ser automático. Sé que existe algo dentro de  mí, una esencia con la que debo entrar en contacto, y a veces la necesidad de eso está allí y algo de eso se siente.
"Al mismo tiempo, yo sé que quiero ir hacia la vida y no es solamente un deseo. Quiero perderme. Anhelo perderme. No se lo que ello significa. No sé por qué. Siempre pienso que es esta maligna identificación la que me toma, esta maldita vida la que me arrastra. No es cierto. Voy hacia ella. Hay algo en esto que me gusta, y yo no sé, y debo darme cuenta que ésta es mi pregunta ardiente"
Al mismo tiempo, yo sé que quiero ir hacia la vida y no es solamente un deseo. Quiero perderme. Anhelo perderme. No se lo que ello significa. No sé por qué. Siempre pienso que es esta maligna identificación la que me toma, esta maldita vida la que me arrastra. No es cierto. Voy hacia ella. Hay algo en esto que me gusta, y yo no sé, y debo darme cuenta que ésta es mi pregunta ardiente. Después de todo se trata de Mí. No se trata de algo distinto de mí. ¿Cómo es que puedo ser tan diferente bajo una y otra influencia? ¿Qué es lo indeseable en eso y qué es lo natural? No lo sé. Y no lo sé porque veo los hechos y los juzgo, y no me veo a mí mismo en esto. Pierdo la visión de mí. Allí está mi debilidad. Pero esta clase de atención, este estar allí todo el tiempo, sintiendo esa fuerza, teniendo esa fortaleza y deseando no apartarme de ella, posibilitará un cambio en mí. Me volveré otro hombre cuando pueda permanecer realmente en esa actitud. Este es el único significado de mi esfuerzo. Estoy aquí por eso, y siento lo mismo en los otros. Sí. Ellos también lo saben en mayor o menor medida. Bien puedo darme cuenta que en el subconsciente desean eso mismo. Porque no siempre esto es tan conciente. Sin embargo no es otra cosa lo que deseamos.
Y lo que debe ser buscado y compartido es exactamente esta necesidad de ayudarse mutuamente, porque uno solo es demasiado débil. ¿Cómo puedo estar vigilante? ¿Quién me lo recordará? En la vida, todos y cada uno, en vez de recordarme, me empujan fuera de ese lugar. Todos son mis enemigos porque me alejan de ese lugar. Necesito un amigo. Alguien que tenga la misma meta, como si fuera de la misma familia. Hasta que esto llegue a crear cierta corriente de energía, una vida vibrante, una energía vibrante, de una clase y calidad que no puede generarse de otro modo. No puede hallarse en el nivel de la vida subjetiva. Es de otro tipo. Y esta energía especial, con todo lo que ella implica, no puede crearse con la clase de sentimiento egoísta que está dentro de la vida. Esta devoción a la verdad, la verdad que es algo vivo y no una forma abstracta, vive dentro de mí y puede hacer nacer en mí un sentimiento de respeto y un deseo de no apartarme de allí.
Y si veo que puedo sostener y mantener el esfuerzo de otro, esto va a ayudarme y enriquecerme más. Y esto es lo que puede surgir y darse entre unos y otros. En todo caso, esta suerte de relación es lo que puede intercambiarse y ser compartido entre nosotros.
Y esta relación es mucho más valiosa que cada uno de nosotros individualmente. Esta relación tiene más significado objetivamente que cualquier manifestación individual, porque es diferente de la que cada uno trae consigo a esta clase de vida. Es como una fuerza que juega su propio rol dentro de la escala de fuerzas y que podría tener una especial influencia, una significación propia.