"lograr que una idea encuentre el lector que necesita"

Palabras de Blanca Strepponi en el evento de presentación de Sennin Editores

"Cuando las personas de mi edad cambian de país, aunque en mi caso se trata de regresar a mi lugar de nacimiento, deben enfrentarse a más cambios de los que hubieran deseado, especialmente en el plano laboral. A veces hay que saber decir adiós a lo que uno mejor sabe hacer; así que pensé en despedirme de la editora que fui durante tantos años. Pero la vida también nos compensa, primero porque al volver tuve la oportunidad de disfrutar de la amistad de Javier Giménez Noble, una amistad que comenzó en nuestra adolescencia, y también porque pude estar a su lado para ayudarlo a crear Sennin, su propia editorial.
Para mí, asistir al nacimiento de una nueva editorial es algo muy emocionante. Las editoriales independientes son especialmente saludables para la industria del libro. Hace por lo menos 15 años que se augura la muerte del libro a manos de la tecnología –como si el libro mismo no fuera un producto tecnológico-, algo que a todas luces no ha sucedido. Sin embargo, lo que muchos pensamos es que en efecto cantidades de libros ya no circularán en papel pues pasaran a formatos electrónicos -algo que sin duda los arbolitos van a agradecer-; creemos que paulatinamente dejarán de imprimirse libros escolares, libros académicos, best seller… ¿Qué libros quedarán entonces en papel, se preguntarán ustedes? Quedarán libros como éste: libros especiales, cuidados al detalle por su editor, de editoriales alternativas,  de pocos ejemplares, de pocos lectores… y también quedarán libros de arte, libros de artista, libros impresos y encuadernados con amor artesanal… En resumen, lo que veo es un gran futuro para el libro impreso en papel (y también un gran futuro para el libro electrónico).
Por otra parte, y lo digo con regocijo porque soy una fan de la tecnología en general, es gracias a los avances en la impresión no convencional que, por ejemplo en Argentina, existe la posibilidad de crear una editorial sin necesidad de hipotecar la casa. Porque, demás está decirlo, quienes tenemos vocación de editores no solemos ser ricos (excepción hecha del conde de Siruela o de Viggo Mortensen). Y gracias a esa facilidad Argentina ofrece ahora una diversidad y una efervescencia en el área de las editoriales independientes realmente envidiable.
La editora colombiana Margarita Valencia ha dicho que “el oficio del editor es hacer que un autor o una idea encuentren su lector. En la forma más amplia posible, es lograr que una idea encuentre el lector que necesita”. Creo que este requisito describe muy bien la intención de Javier a la hora de definir Sennin Editores, su proyecto editorial.
Por otra parte, cuando el editor sabe qué es lo que quiere hacer (parece algo obvio pero me consta que no lo es), es decir, cuando tiene lo que se llama una “línea editorial”, comienza el juego con un montón de puntos a su favor. Esta idea que Javier ha forjado de una manera diría que natural, sostenida por su notable dedicación al trabajo, sus lecturas, su inteligencia y su cultura, tiene por delante un camino luminoso. Así que concluyo dando la bienvenida a un nuevo editor y a una nueva editorial. ¡Y que vivan los libros!"